NUESTRO AYER TRAZOS DEL PASADO COLONIA

El Dr. Jaén Suárez dice que Coronado forma parte de la región por donde pasaba el camino a través del cual se llevaba a cabo ese tránsito: Cerca de la Región de Chame.

“En Panamá hubo dos rutas de tránsito transístmico, dos caminos reales: 1) el Camino Real Transístmico, de Norte a Sur, que iba de Panamá a Nombre de Dios, pasando por Portobelo, y 2) el Camino Real Mulero que iba al interior, de Este a Oeste, por un lado hacia Chepo, recorriendo parte del Bayano y por el otro, hasta la frontera con Costa Rica.

“El Camino Real Mulero pasaba en parte por el Coronado que conocemos hoy, que era el cruce de una de las rutas. Se crea en 1775, al establecerse una guarnición militar en el pueblo de San Carlos, con el propósito de pacificar esa área aún un poco indómita, llena de bandoleros, donde se cometían toda clase de tropelías contra los transeúntes.

Esa área formaba parte de la Alcaldía Mayombe Natá y de la jurisdicción del Cabildo de Natá, que llegaba hasta Chame y formaba parte de la Vice-parroquia de Antón. Luego fue creciendo, adquiriendo una mayor personalidad y se creó entonces la Vice-parroquia de San Carlos.

“El Golfo de Chiriquí es homogéneo, mientras que en el Golfo de Panamá, las temperaturas son variables, por eso es más rico en sus características biológicas. Las aguas se enfrían en el verano, hay gran variedad de peces. En cuanto a diversidad ambiental, tenemos el Parque de Campana, el manglar de Chame, el bosque seco de Coronado, la sabana y la topografía de origen volcánico que da lugar a El Valle. Así que esta área tiene varios elementos: precolombinos, históricos, geológicos…

“Coronado está en el área de dos cacicazgos que rivalizaban entre sí en la época precolombina. Pero dentro de la nueva estrategia del TCI, creo que conviene muchísimo también recalcar el papel y la localización de esta área dentro de la cama de las rutas coloniales y dar a los pasillos, a los corredores, a las diferentes áreas del Hotel Coronado lo que pueda ilustrar el papel que ocupó el sitio durante la formación de la región. Chame, la historia y la historia del siglo XIX de nuestra país.”

Playa Coronado, la primera ciudad balneario de la República de Panamá, se asienta en los terrenos de la antigua hacienda La Yeguada, adquiridos por los dos hombres emprendedores Gustave Eisenmann y Carlos Eleta.

Origen de Coronado

Gustave nació en Nueva Iberia, Louisiana, y fue criado por su madre en Nueva Orleans. En la fisonomía de Gustave predominaba la herencia sefardita de su familia de Alsacia-Lorena: era trigueño, sus ojos de color chocolate claro, como la gente originaria del Mediterráneo.

Corría el año de 1894 cuando Gustave, que en aquel entonces tenía dieciocho años, desembarcó en Panamá para trabajar con su tío Henny Ehrman. A Gustave le agradó este país, pequeño, pero con un gran futuro. El 3 de Noviembre de 1903, Panamá se constituyó en una República.

“Era un área de sabanas, tierras bajas. En realidad, había pocas haciendas, ya que los propietarios eran dueños de los rebaños, solamente; la tierra pertenecía al gobierno, una especie de tierras nacionales. En todo el interior había sólo dos con título legal: la Hacienda de los Llanos del Chirú, que llegaba hasta el río Las Guías, y la Hacienda de Cortizo, hasta Agualulce.”

La finca La Yeguada

De acuerdo con el Dr. Omar Jaén Suárez, en 1736 se establecen por primera vez grandes haciendas que podrían considerarse latifundios, tanto de cientos de acres. En 1736 “el alférez Antonio Gallardo compra al Cabildo de Natá las tierras de Yeguada, localizadas en el sitio que ocupan hoy Coronado y Gorgona.”

En 1783, el Cabildo vende las tierras al capitán Joaquín Ponce de León de Albelda, inmigrante de Antón, que las hizo prosperar. Su esposa Theresa Pérez hereda las tierras; al morir, sus herederos inician una serie de pleitos con sus primos, hijos de Margarita Ponce de León Pérez, casada con José Januario Fernández. En 1851, Josefa Margarita Fernández Ponce vende todas las tierras de Yeguada a Gregorio Ramos, vecino de la provincia de Panamá; la propiedad queda en manos de sus herederos hasta los primeros años del siglo XX.

En la historia de la Yeguada se inicia un nuevo capítulo con Gustave Eisenmann Ehrman y Carlos Alberto Eleta García, socios a quienes une una gran amistad en los albores del siglo XX.
La obra del Dr. Jaén Suárez, La Región de los Llanos del Chirú, 2a. Edición, Panamá, INAC, 1997. Páginas 204 a 207.